| Hoy por hoy, cuando se enciende un televisor, se abre un diario o se conecta Internet, es casi inevitable la referencia a los problemas del medio ambiente y su progresivo deterioro. Nunca antes había sido tan importante este tema como en la actualidad. Estamos en un punto decisivo por una razón simple y compleja a la vez: el futuro está en juego. El ambiente en el que vivimos -de donde obtenemos nuestros recursos- se ve amenazado por nuestros hábitos y nuestras “necesidades”. Si no tomamos las decisiones adecuadas, nuestro legado para las generaciones futuras podría estar en peligro.
El mundo está sufriendo transformaciones a un ritmo muy veloz. A lo largo del último siglo hemos sido testigos de revoluciones tecnológicas y sociales y, al mismo tiempo, hemos presenciado un deterioro en nuestra calidad de vida. En las principales ciudades las aguas están contaminadas, la calidad del aire es mala y el tránsito vehicular es inevitable.
En estos tiempos globalizados, nuestros problemas también lo están: el calentamiento global, la escasez de agua dulce, la demanda de electricidad, el manejo de la basura o la contaminación, por nombrar sólo algunos.
Las soluciones ya no están en manos de los gobiernos centrales. Si bien las acciones gubernamentales son esenciales, la responsabilidad recae sobre nosotros: los ciudadanos y las empresas. Nuestra visión y nuestras elecciones pueden marcar la diferencia.
Esta toma de conciencia ha llegado también al mundo inmobiliario, y las compañías que aspiran a la sustentabilidad y el respeto por el medio ambiente están aplicando estos principios en sus edificios de oficinas, en sus depósitos y en sus plantas industriales. En los últimos 3 ó 4 años, un creciente número de ocupantes, inversores y desarrollistas ha aprendido a reconocer que los edificios verdes, los Green Buildings, son un activo interesante en el negocio y una reconocida inversión por derecho propio.
Un edificio verde es aquel cuyo diseño, métodos constructivos y modo de operación reduce de manera significativa, o mejor aún, elimina el impacto negativo que las edificaciones tienen sobre el medio ambiente y sus habitantes.
En la actualidad, la industria inmobiliaria ha comenzado a mostrar un fuerte interés por los Green Buildings. Estos edificios pueden lograr mejores valores de renta, ocuparse más rápidamente y reducir la rotación de los ocupantes; todo esto con menores costos operativos y de mantenimiento, y optimizando la performance económica en cuanto al ciclo de vida del edificio.
También los usuarios han comenzado a demandar especificaciones “sustentables” en los espacios que utilizan para sus operaciones, ya que esto realza el valor de la propiedad, aumenta el presentismo y mejora el nivel de satisfacción y productividad de los empleados.
Certificaciones
Los dos sistemas de calificación más importantes son BREEAM (Building Research Establishment Environmental Assessment Method), desarrollado en el Reino Unido y LEED (Leadership in Energy and Environmental Design o Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental), medido por el US Green Building Council, una organización sin fines de lucro reconocida internacionalmente con sede en los Estados Unidos.
La certificación LEED distingue a los proyectos que han demostrado un compromiso con la sustentabilidad al cumplir con los más altos estándares de desempeño, tanto en lo que se refiere a la eficiencia energética como a su bajo impacto en el medio ambiente.
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