La organizaciones no sólo deben reconocer y minimizar los riesgos sino que también deben identificar las oportunidades como estrategia de éxito. El Standard 1120 del IIA's (International Standards for the Professional Practice of Internal Auditing) señala que "…la actividad de auditoría interna ayuda a las organizaciones a la identificación y evaluación de exposiciones al riesgo y contribuye a la mejora de la gestión y de los sistemas de control…" Una manera en la que los auditores internos pueden cumplir con esta directiva en las organizaciones es unificando las iniciativas de la Administración de Riesgo Empresarial (ERM) con Six Sigma.

¿Qué es Six Sigma?
Six Sigma es una transformación cultural basada en el liderazgo comprometido de la alta dirección que se enfoca en la implementación de procesos de mejora, proyecto por proyecto, con el objeto de hacer más eficientes los procesos, productos y/o servicios, y los defectos asociados, hasta un valor objetivo de excelencia. Su propósito final es producir impactos significativos en la rentabilidad, en la satisfacción de los clientes internos y externos, y en el crecimiento del negocio. Consta de cinco fases que son: Definir, Medir, Analizar, Implementar y Mejorar (Improve), y Controlar. Estas cinco fases están diseñadas de manera tal que lograrán la mejora del proyecto desde el inicio hasta su finalización para lograr el nivel de calidad Six Sigma, es decir 3,4 defectos por millón de oportunidades/eventos (DPMO).

ERM y Six Sigma comparten algunos objetivos y principios comunes, pues ambos se centran en entregar valor a los stakeholders (inversores, clientes, empleados, comunidad), dependen en gran medida de los procesos del negocio y de la integridad de los datos, y tratan con el riesgo y la incertidumbre, pero desde diferentes perspectivas. Mientras que el ERM hace un abordaje desde el punto de vista de la presentación de los informes financieros, Six Sigma lo hace desde la óptica de la producción y las operaciones.

Sin embargo, una diferencia importante entre ambas disciplinas radica en que ERM no suele determinar si los riesgos de los procesos de la organización están mejorando con el tiempo, lo cual representa el principio clave de Six Sigma.

Según COSO (Committee of Sponsoring Organizations of the Treadway Commission's), un diseño robusto y la implementación de ERM se correlaciona con una buena gestión y responsabilidad. Sin embargo, la puesta en funcionamiento de ERM a escala es a largo plazo e involucra la participación de toda la estructura de una organización. En este sentido, Six Sigma puede proporcionar una metodología con herramientas científicas que se pueden utilizar para implementar y medir la eficacia y la mejora de ERM.

Los auditores internos pueden jugar un papel de "traductores culturales" en este proceso, reduciendo la brecha entre estos dos mundos separados: el de las operaciones y el de la presentación de los informes financieros.La estructura de Six Sigma, los métodos estadísticos y su despliegue permitirán la implementación y mejorarán la aplicación y la eficacia de ERM en tres áreas clave: Colaboradores expertos, Herramientas de aplicación y Creación de valor.

Colaboradores expertos
Una organización que ya ha desplegado Six Sigma tiene una gran ventaja en la implementación exitosa de ERM. Six Sigma es una metodología aplicada a la excelencia de los procesos y tiene por objetivo suministrar personas expertas para proyectos de mejora de procesos de negocio a lo largo de la organización.

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