| Quienes estamos en la actividad del Facility Management en cualquiera de sus modalidades -profesionales independientes, profesionales en relación de dependencia, empresas que tercerizan este servicio- necesitamos lo mismo: una mayor difusión de nuestra actividad, una mayor profesionalización que la convierta en una opción laboral atractiva, y lograr que el mercado inmobiliario cuente con edificios del nivel que tienen los países de mercados más desarrollados como Asia, Europa y Estados Unidos. En tiempos de crisis económica, el negocio le da más intervención al FM y esto representa una oportunidad para implementar las estrategias adecuadas.
Muchas veces, al visitar edificios de mercados como Asia, Europa o Estados Unidos, quedamos sorprendidos por el grado de corrección que se observa en esas propiedades, lo cual revela el alto nivel de organización y profesionalismo que hay detrás de quienes las manejan. Obviamente, detrás de ellos hay una organización de FM con un alto grado de profesionalismo.
Es alentador el surgimiento de cursos con temáticas relacionadas con el FM que se ha producido en los últimos tiempos en algunas universidades, ya que esto contribuye a difundir las mejores prácticas en nuestra actividad.
El FM en América Latina
Actualmente, el FM ya tiene un lugar ganado en el mercado de Sudamérica, y se lo identifica como una actividad específica. Pero hace un tiempo, resultaba muy difícil explicar en qué consistía esta labor.
Veinte años atrás, la responsabilidad sobre el portafolio inmobiliario estaba atomizada. Cada área que se relacionaba con los inmuebles se manejaba en forma independiente e interactuaba también en forma independiente del resto de la organización. Desde entonces ha habido importantes cambios, tanto en la función como en la jerarquía de quienes tienen la responsabilidad del manejo de estos portafolios. Pero en aquel momento, la atomización en las competencias dejaba al descubierto zonas grises, sin un claro responsable; esto, sumado a la dificultad de los diferentes lenguajes e intereses creados, generó una oportunidad para el desarrollo del FM, el cual centralizó todas las piezas en un servicio inmobiliario profesional.
Al mismo tiempo, tanto la globalización como la regionalización de muchas empresas contribuyeron al desarrollo del FM en América Latina y a la jerarquización de su rol. Varios años atrás, quienes teníamos responsabilidades sobre las propiedades, reportábamos a las áreas de Finanzas, de Recursos Humanos o de Servicios Generales. Con la globalización de las empresas empezamos a ver reportes matriciales dirigidos a áreas especializadas en Real Estate, lo cual aportó jerarquía y profesionalismo a la función, y alineó el gerenciamiento de las propiedades de acuerdo a estándares y procesos dictados por mercados mucho más evolucionados en la materia. Empezaron a llegar a Sudamérica empresas de tercerización de estos servicios.
También se introdujeron nuevas herramientas tanto para el control y seguimiento contable de presupuestos y gastos, como para la atención de los usuarios y para el control de la performance de servicios. Todas estas herramientas nos permiten obtener información para tomar decisiones en el manejo de las propiedades con una visión integral. Así, al poder alinearse con la estrategia del negocio, el FM gana un lugar preponderante; ya no es un área que funciona solamente como un centro de costos, es un área que, proactivamente, contribuye e impacta en el resultado y la estrategia del negocio.
Para resumir, podemos decir que la tarea del Facility Manager tiene cuatro aspectos fundamentales:
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