La industria de la limpieza es un negocio millonario en todo el mundo, que emplea millones de trabajadores y que se lleva a cabo en todos los sectores de la actividad industrial y comercial. Este artículo tiene por objeto informar a los empleadores, los supervisores, los trabajadores y sus representantes -en particular los de las pequeñas y medianas empresas (PYME)- acerca de los peligros de la limpieza y la forma en que estos peligros pueden prevenirse.

El trabajo de limpieza a menudo es "invisible", se hace en la noche o temprano en la mañana. Se lleva a cabo en todos los entornos y es una tarea esencial. La mayor parte del personal de limpieza está compuesto por mujeres y el trabajo que desempeñan es a tiempo parcial. Una proporción significativa de los trabajadores proviene de las minorías étnicas. La rotación del personal es en general elevada, causada por un alto nivel de trabajo temporal y de contratos de corto plazo. Estos modelos demográficos y de empleo hacen que sea difícil garantizar la seguridad y la salud de estos trabajadores.
Sus tareas más comunes son la limpieza de superficies (quitar el polvo, pasar la aspiradora, pulir los pisos y las superficies de trabajo) y la rutina de limpieza. Si bien estos trabajos pueden incluir tareas tales como las ventanas y la limpieza de las calles, el foco de atención de este artículo estará puesto en la prevención de los daños a la salud en los trabajadores que llevan a cabo la limpieza general.

Sustancias peligrosas
Los productos de limpieza pueden contener sustancias peligrosas que pueden ingresar al organismo a través del contacto con la piel o por inhalación. Si se produce una exposición muy alta por un tiempo prolongado, existen riesgos de desarrollar problemas respiratorios, de la piel, etc.
Los productos de limpieza pueden haber sido desarrollados para quitar fácilmente el polvo y la suciedad, para remover la grasa, para desinfectar superficies, etc., y pueden contener diferentes tipos de sustancias químicas que pueden dañar la salud. Describiremos algunas de ellas:

Ácidos y bases tales como el ácido hidroclorídrico, el ácido sulfámico, el ácido fórmico, el hidróxido de sodio y el hidróxido de amonio están presentes en los productos de limpieza de baños y en productos para remover el cemento. Pueden causar irritación y quemaduras severas en la piel y en los ojos, y, si sus vapores son inhalados, pueden causar quemaduras e irritación en el sistema respiratorio.
Solventes orgánicos y detergentes como el aguarrás, la acetona, los hidrocarburos aromáticos y el alcohol, que suelen estar presentes en los productos desengrasantes utilizados en pavimentos y otras superficies, pueden causar irritación de la piel y de las vías aéreas (por inhalación de vapores). Poseen un efecto tóxico sobre el sistema nervioso, el cerebro, el hígado y los riñones.
Desinfectantes tales como el formaldehído, el glioxal y los compuestos de amonio cuaternario pueden causar reacciones alérgicas y quemaduras en la piel y las mucosas.
Fragancias y colorantes presentes en muchos tipos de productos pueden causar reacciones alérgicas. Para reconocer las sustancias peligrosas, estas deberían estar etiquetadas con símbolos que permitan reconocer fácilmente el tipo de peligro: corrosivo, irritante, tóxico, etc.

El tipo y la cantidad de la exposición dependen del tipo y la concentración de la sustancia presente en el producto. Muchos agentes limpiadores están disponibles como concentrados y deben ser diluidos en el momento de usar. Usar estas sustancias sin diluir, en altas concentraciones o mezcladas con otros productos, puede ser muy peligroso y producir accidentes graves tales como quemaduras o intoxicación y otras molestias que a continuación se detallan:

(...) La nota completa, en el número impreso