| El transporte y la industria son los dos grandes consumidores de energía. No obstante, se estima que, a nivel mundial, los edificios consumen aproximadamente el 65.2% del consumo total de energía eléctrica en iluminación, calefacción, aire acondicionado y agua caliente, y son responsables del 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Actualmente, gracias a la innovación científica y tecnológica, aquellas personas o empresas preocupadas por los impactos de la construcción sobre el medio ambiente cuentan con opciones de diseño y operación para minimizar los daños ambientales y maximizar su potencial económico. Certificar es el camino hacia una construcción sostenible.
La certificación del comportamiento energético y ambiental en edificios es un mecanismo de mercado, de acatamiento voluntario, cuyo principal objetivo es instalar un estándar ampliamente reconocido que establezca un modelo de evaluación tendiente a mejorar la relación entre el entorno construido y el medio ambiente. Esto se logra a través de la promoción de prácticas integrales de diseño, premiando a los que logran alcanzar los objetivos propuestos y aumentando el conocimiento por parte de los usuarios y los profesionales del rubro en la problemática medioambiental.
La certificación nos debe permitir evaluar criterios como la integración de energías renovables, el uso racional de los recursos naturales, el impacto ambiental de la construcción, etc., de tal forma que se garanticen unos niveles de confort determinados que estimulen la entrada en el mercado de estas características, pero con un aval de calidad que al mismo tiempo proporcione un valor agregado al producto final.
En los Estados Unidos, los certificados “verdes” vienen proliferando desde los años 90. Sin embargo, el que ha obtenido el mayor consenso, tanto a nivel local como global, es el sistema de certificación LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), desarrollado por la USGBC.
La certificación LEED consiste en la evaluación y calificación del desempeño ambiental y energético de una edificación específica o un complejo de construcción. Esta certificación se realiza mediante una validación técnico-administrativa documental de los procesos de diseño, construcción, operación y mantenimiento del proyecto. Las áreas principales que observa son: planeación del sitio, eficiencia en agua, energía y atmósfera, materiales y recursos, calidad del aire en interiores e innovación en el diseño. El programa cuenta con varias categorías:
LEED-NC (New Construction): concebido para nuevos edificios y grandes remodelaciones tales como edificios de oficinas e institucionales de alta eficiencia. En la practica ha sido aplicado también a escuelas y universidades, edificios industriales, laboratorios, centros comerciales, bibliotecas, etc.
LEED-CI (Commercial Interiors): es un sistema para certificar interiores sostenibles de alta eficiencia como los lugares de trabajo.
LEED-CS (Core & Shell): es un sistema de clasificación de edificios para proyectistas, constructores, desarrollistas y propietarios de edificios nuevos que quieran realizar, con criterios sostenibles, el núcleo y la envolvente. El Sistema de Clasificación LEED-CS reconoce la limitada esfera de influencia que un desarrollista puede ejercer sobre un edificio que se construye para alquilar o para vender a un tercero y anima a la implantación de prácticas de proyecto y construcción sostenibles en áreas en las cuales sí tiene control. Los desarrollistas pueden implantar estrategias sostenibles que, indirectamente, permitan a los futuros inquilinos beneficiarse de ellas. En otras ocasiones, por el contrario, pueden tomar decisiones que impidan a los inquilinos introducir elementos sostenibles. LEED-CS trabaja para establecer relaciones de sinergia que permitan a los futuros inquilinos capitalizar las estrategias sostenibles introducidas por el promotor. LEED-CS fue pensado para complementarse con LEED-CI.
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