La reputación y la imagen son hoy más importantes que nunca para las organizaciones. Para muchos representan la medida del éxito de una empresa, más significativa aún que su desempeño en los mercados o su tasa de rentabilidad y retorno. Según algunos especialistas, sólo la calidad del producto y/o los servicios está por encima de la reputación y la imagen como medida del éxito corporativo. En el siguiente artículo analizaremos el papel que juega el Facility Manager en mantener y proteger dicha imagen.

Resulta casi una obviedad, pero una buena reputación es difícil de formar y muy fácil de perder. Hoy en día, la necesidad de ganar la confianza del público es más importante que nunca. Sin embargo, la reputación de una empresa es un asunto bastante más complicado que sólo evitar escándalos (lo que ya es mucho). La forma en que nuestro negocio es percibido tiene un impacto directo sobre el valor de la empresa y el balance final, lo cual, más que una amenaza, representa una oportunidad.

Una imagen corporativa positiva es una condición indispensable para la continuidad y el éxito estratégico de la empresa, y no se trata de una simple medida de marketing, sino más bien, de un instrumento estratégico de la alta dirección. Para cualquier compañía, reflejar una imagen positiva ayuda a contratar y a conservar a los empleados más talentosos, a aumentar las ventas y a construir relaciones estratégicas acertadas. Pero el prestigio y la imagen tienen un impacto aún más directo sobre el funcionamiento de las organizaciones, a través de la influencia que pueden llegar tener sobre la comunidad financiera que las califica, las clasifica e invierte en ellas. El sector público resulta igualmente afectado. Los políticos y los funcionarios también están muy interesados por el poder de los medios y por la importancia de generar una imagen positiva en el público en general.

En esta coyuntura, el Facility Manager que desee ofrecer una real contribución a la organización puede encontrar aquí tierra fértil. Evitar el descrédito a través de una labor profesional y realzar la reputación y la imagen de la compañía a través de la innovación y las acciones responsables, puede hacer del Facility Management una herramienta valiosa en el ambiente corporativo.

En el mundo actual, con el alto impacto de las comunicaciones, el mundo empresario no puede ocultar fácilmente la ropa sucia. Internet, los medios de comunicación, el blogging, el e-mail y una legión de canales de TV y de radio, se asegurarán de que cualquier escándalo corporativo sea publicado, analizado, falsificado y exagerado, y los involucrados tendrán poco o nada de influencia sobre lo que se ha dicho.

El trabajo tradicional del departamento de RRPP ha sido mantener las malas noticias fuera del alcance de la prensa, pero actualmente esto ha llegado a ser un imposible. Un Facility Manager verdaderamente profesional manejará proactivamente muchos ámbitos de conflicto potencial, previniendo y evitando problemas antes de que estos ocurran. Algunas áreas como la seguridad, la salud, las prácticas equitativas de comercio, la discriminación y el incumplimiento, pueden provocar incómodos conflictos si no son manejadas correctamente. Tomemos el caso de la Legionella en Barrow-in-Furness, al noroeste de Inglaterra, que menciona Martín Pickard (P&FM, Julio 2006), reconocido especialista británico en Facility Management: siete personas murieron a causa de esta enfermedad y 172 fueron infectadas como consecuencia de un brote que, en agosto de 2002, lanzó las temidas bacterias a un conducto del sistema de aire acondicionado de un centro de esparcimiento. Esta tragedia ocurrió debido a que un arquitecto canceló el contrato de mantenimiento del sistema de aire acondicionado del centro y posteriormente negoció uno nuevo, el cual no preveía el tratamiento de las aguas de las torres de enfriamiento. Y fue esta decisión la que favoreció la aparición de las condiciones ideales para la reproducción de las bacterias mortales.

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