En 1919, Hans Wilsdorf, fundador de Rolex, decidió situar la compañía en Ginebra. La empresa se instaló en 18 rue du Marché, cerca de la Catedral Saint Pierre y la ciudad antigua. Rolex permanecería en ese edificio durante más de 40 años.
Hacia 1960, este edificio resultó demasiado pequeño para una compañía internacional en expansión y ya no reflejaba la imagen de la empresa. El Directorio, entonces, decidió mudar la compañía a un nuevo edificio que cumpliera con esas expectativas, en el parque industrial Praille-Acacias.

En 1961 se seleccionó a los arquitectos de Ginebra, Addor et Julliard, y se les dio un mandato claro: diseñar y construir un edificio cuya fachada exterior fuera símbolo de distinción, precisión y eficiencia. Cuando fue inaugurada en octubre de 1965, la sede central estaba compuesta por dos torres paralelas de ocho pisos que formaban una H, dispuestas ingeniosamente para permitir una penetración óptima de la luz del sol. Pero apenas diez años después de su inauguración, las dos torres ya se utilizaban en su capacidad máxima.
Entre 1978 y 1995, luego de su expansión, la empresa decidió ampliar la sede central y se construyeron Rolex III y Rolex VII.

A fines de la década de 1990, con el fin de preservar su lugar de excelencia en la industria de la relojería, el Grupo Rolex decidió romper con el pasado introduciendo un cambio fundamental y estratégico: la integración vertical de sus proveedores suizos. En Ginebra, esta decisión llevó a consolidar todas las actividades del Grupo en tres grandes complejos: Acacias, Chêne-Bourg y Plan-les-Ouates.
En 1997, Rolex seleccionó al estudio de arquitectura Brodbeck & Roulet de Ginebra para esta tarea. Además de cumplir con las expectativas de Rolex, el estudio debía respetar plazos muy ajustados y mantener altos estándares ambientales y de seguridad. El nuevo edifico debía estar también en perfecta armonía con los edificios existentes.

Acacias, la sede central

La sede central de Rolex concentra las actividades administrativas, el ensamblado final de los relojes, el departamento de exportaciones y los servicios post-venta. Asimismo, todas las actividades del cantón de Ginebra relacionadas con los mecanismos del reloj se concentran en esta locación.
La fachada verde de la sede se destaca de los grises edificios industriales que la rodean y refuerza su singularidad a la vez que realza la imagen de la locación de las Acacias.

El proyecto tenía una gran limitación: la participación de un arquitecto renombrado en la reforma de un edificio histórico. Si bien se preservaron las torres originales, en los demás edificios varios elementos arquitectónicos considerados superfluos fueron eliminados (salientes en la fachada, adiciones y elementos agregados que se habían ido incorporando con el paso de los años). También se eliminaron alteraciones de peso que se habían hecho a las partes técnicas.
El nuevo edificio incluyó:

· Tres nuevos niveles de oficinas y una terraza panorámica.

· Una segunda fachada que envuelve la existente y crea una suerte de doble fachada.

Esta nueva fachada externa permite al edificio alcanzar una unidad arquitectónica entre los niveles existentes y los nuevos, aportando mayor elegancia vertical al complejo. La nueva fachada también hace posible que el edificio cumpla con los estrictos requerimientos de energía necesarios para un edificio equipado con acondicionadores de aire. Su transparencia permite vislumbrar el edificio original y su fachada antigua, cuyos paneles de vidrio color ámbar fueron reemplazados por paneles de vidrio neutros.


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