En forma creciente se toma conciencia de la importancia que tiene el control del ruido en el ambiente urbano y en particular en los lugares de trabajo. Ocurre en las industrias y en todo lugar donde es dable esperar presencia de ruidos dañinos -a fin de proteger la audición del personal-, en oficinas y en otros sitios menos ruidosos, para lograr condiciones adecuadas de trabajo.

A las oficinas compartimentadas tradicionales, se agregó como una tendencia desde hace ya unos años, las de planta abierta como sitios de trabajo de ocupación extensiva de personal. A estas últimas nos referiremos por ser las más comprometidas en los objetivos acústicos.
Los ruidos perturbadores en oficinas como ámbitos de trabajo, están relacionados con la inteligibilidad, con la privacidad, con la capacidad de concentración y con el confort.

En las oficinas compartimentadas tradicionales (ahora convertidas en gerencias y salas de reunión) es deseable que la inteligibilidad sea alta para comprender el mensaje oral en todo su interior. Por el contrario, en las de planta abierta debe ser baja para que sólo en cada estación de trabajo se comprenda el mensaje generado en su interior y no el de otras áreas, ya que interferirían con la actividad propia.

Para poder calificar la aceptabilidad del comportamiento acústico en el interior de las oficinas en planta abierta, se debe poder, entonces, estimar la inteligibilidad.
El concepto de inteligibilidad surge de ensayos estadísticos de laboratorio en los que numerosas personas responden sobre la comprensión de palabras pronunciadas, tanto formando frases coherentes como en forma independiente unas de otras. En este último caso, no se pueden deducir las que no fueron claramente comprendidas a partir del resto, como sucede en el caso de las frases.
Existe un parámetro normalizado definido como Índice de Articulación (AI por las siglas en inglés) que se vincula con la inteligibilidad a través de curvas, de las que se extraen las correspondientes a frases y a palabras inconexas como se muestra en la figura 1. Este es el punto de partida para la predicción de la inteligibilidad.

Es claro que la inteligibilidad es mayor para un mismo valor de AI cuando se trata de frases, ya que se pueden completar las palabras no entendidas con la comprensión del sentido de la frase, a diferencia de las palabras inconexas. Por consiguiente, deben lograrse valores bajos de AI para oficinas en planta abierta.
Un criterio de compromiso es adoptar que AI < 0,2 para conversaciones normales, con pantallas de altura parcial limitando las posiciones de trabajo . Como aún este criterio implica que puede comprenderse el 80% del contenido de las frases, se puede aumentar la exigencia reduciendo ese valor hasta incluso AI = 0,05 como valor óptimo.

La comprensión del mensaje oral indeseado depende del ruido de fondo, la distancia entre estaciones de trabajo, las características absorbentes del cielorraso, la altura y las características de las pantallas. Se harán breves comentarios sobre cada uno de esos puntos a fin de dar líneas de diseño.
El ruido de fondo debería estar fijado por un valor expresado por un perfil NC (Noise Criterion) cuya definición y valores por bandas de octavas están normalizados . Estos máximos están referidos a lo permitido como inmisión de los ruidos exteriores a las oficinas: tránsito, voces, instalaciones electromecánicas y otros ruidos posibles. Ello supone considerar a los divisorios (horizontales y verticales) como elementos aislantes suficientes para atenuar los ruidos existentes o previstos en el diseño. En la literatura especializada se pueden obtener los niveles sonoros representativos de las distintas fuentes sonoras exteriores. En la tabla 1 se dan algunas fuentes de ruido, en la tabla 2, los valores de nivel sonoro de los perfiles NC normalizados, y en la tabla 3, los perfiles NC recomendados para distintas oficinas, tomados de la norma citada.

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