El segmento de oficinas corporativas tiene una dinámica que no para. Es sabido que el segundo cuatrimestre es el período de mayor actividad, con el mes de junio como pico de la demanda. Este año no ha sido la excepción.

El incremento sostenido de los valores, ante la escasa superficie disponible en las principales localizaciones, ha impactado sobre la dinámica del mercado: no hay retracción de la demanda, pero sí una actitud más selectiva: se negocia mucho, no sólo el precio, sino también el tipo de ajuste y los plazos de contrato.

Por lo tanto, si bien los plazos de negociación se extendieron, la cantidad de operaciones concretadas coincide con las proyectadas.
En la actualidad, el perfil de las empresas demandantes de espacios corporativos es equilibrado en cuanto a su origen y variado en relación con la rama de actividad. Dentro de este panorama se destacan las empresas de servicios, compañías de productos químicos, laboratorios, y editoriales, entre las de origen extranjero. Entre las de origen nacional, en tanto, se muestran particularmente activos los sectores de logística, sistemas, agropecuarias y call centers que operan para clientes del exterior.

La atención de la demanda está centrada, en primera instancia, en oficinas de las categorías superiores y edificios corporativos.
Frente al panorama de una vacancia que tiende a cero, resulta frecuente la toma de espacios inferiores a la expectativa inicial en cuanto a categoría y/o ubicación, aún cuando ello implique un esfuerzo adicional para su acondicionamiento.

En cuanto a las localizaciones, frente a la virtual inexistencia de opciones en los sectores premium (Catalinas, Puerto Madero, Plaza Roma, Plaza San Martín), y aún pese a las congestiones de tránsito y el bajo nivel de confort en la mayor parte del stock, el área central(1) mantiene firme su posicionamiento ante la demanda, con el corredor de Av. del Libertador como una alternativa también ampliamente valorada.

Hay, a la par, empresas que adoptan la decisión de localizarse en puntos alternativos, fuera de los sectores tradicionales. En general, esta opción es válida sólo para ciertos perfiles de empresas, lo cual conforma una demanda significativamente menor en su volumen, que requerirá de instalaciones adecuadas, entornos seguros y amplias condiciones de accesibilidad, tanto del transporte público como privado (ej. Almagro, Coghlan).

Cabe destacar que la zona norte está recuperando el interés de las compañías: desde su percepción, el posicionamiento de Vicente López es actualmente similar al de Núñez, ya que la mayor distancia se compensa con la accesibilidad y un mejor entorno. En el caso de San Isidro, al igual que en la ciudad de Buenos Aires, la vacancia actual es casi nula.

En cuanto a valores, el segmento corporativo compone en general una demanda racional y consciente de las situaciones de mercado, que al momento de la búsqueda maneja un presupuesto relacionado con la categoría pretendida.

Respecto a las superficies que concitan el mayor interés, el rango va de los 300 a los 600 m2 -en el caso de las oficinas individuales-, y de 600 a 6.000 m2, en los edificios en block. El 90% de las búsquedas activas se dirige a la toma de superficies en renta, tendencia que se mantiene constante como característica del segmento.

Ante una escasa oferta, las empresas adaptan su funcionamiento a los espacios disponibles actualmente, por lo cual la dinámica de mercado no permite hablar abiertamente de una masa crítica de requerimientos insatisfechos, los cuales en la actualidad son del orden de los 70.000 m2 (media histórica de los últimos 8 años).

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