Como adultos, pasamos gran parte de nuestras vidas confinados en nuestros lugares de trabajo. Muchas horas del día en un edificio de oficinas, sentados en nuestros puestos, llevando adelante -con mayor o menor fortuna- nuestra tarea. Y es ésta una tendencia tan ampliamente extendida en los países industrializados, que en algunos de ellos, más del 90 % de la población adulta trabaja en estas condiciones.

Será nuestra prioridad entonces, como profesionales del FM, enfocarnos sobre la calidad de los ambientes de trabajo.

La calidad abarca en la actualidad, todas las formas a través de las cuales las organizaciones satisfacen las necesidades y expectativas tanto de sus clientes, como de sus trabajadores y colaboradores. Hoy en día, el concepto convencional de calidad se amplía sustancialmente, y no se limita a aspectos tales como la atención al cliente y los plazos de entrega, sino que se extiende también a las condiciones de trabajo del personal.

Conceptos como confort, salud, seguridad y accesibilidad, deben quedar vinculados al de calidad, como valores dentro de la empresa, para que ésta pueda crecer y desarrollarse, proyectando bienestar a todos sus miembros -independientemente de su condición y capacidad- y a la propia sociedad en la que se inserta.

Desde esta óptica abordamos este número.

Víctor Feingold
Arquitecto
Editor FM