Lo que no se puede medir no se puede mejorar. El benchmarking es una herramienta que permite comparar la eficiencia de los costos de operación generando valor en las tareas de gestión, pero en las organizaciones de salud se presenta una complicación adicional: la unidad de comparación habitual, $/m2, puede no ser una unidad homogénea de medición, las diferentes combinaciones de servicios, complejidad, volúmenes de internación, los sectores de prácticas y diagnósticos hacen que los costos varíen sustancialmente a nivel unitario. En este trabajo presentamos brevemente un modelo de distribución y asignación de costos que permite que la comparación sea posible.

Luego de gestionar los costos edilicios y de operación, tendiente a lograr la mayor eficiencia posible en un edificio de oficinas, tomando las medidas de ahorros, disminución de consumos, renegociación de precios, etc. podemos preguntarnos: ¿serán estos costos los más bajos que podemos lograr?, ¿deberíamos seguir buscando otras opciones de eficiencia o debemos orientar los recursos a otras tareas?

Lo más inquietante de estas preguntas es que las respuestas no dependen de nosotros mismos ni de la propia institución, precisamente la respuesta debemos buscarla fuera de nuestra organización, lo cual no siempre es factible, y mucho menos sencillo.

En nuestro caso, durante el tiempo que venimos realizando la gestión de gastos de mantenimiento y operación de edificios de oficina nos hemos habituado a identificar ciertos índices y buscar datos comparables dentro del mercado a través de asociaciones afines. Este es el beneficio fundamental del benchmarking de costos.

Distinto es el caso de las entidades de salud, clínicas, sanatorios, hospitales, etc. En los edificios dedicados a estas actividades puede haber tantas diferencias en la asignación de recursos que los datos de "$/m2" presentan distorsiones . Es diferente tener dos que seis quirófanos y diez que 20 camas de internación, aunque todo ocupe la misma cantidad de metros cuadrados utilizados.

En estos casos se hace indispensable encontrar otras unidades de medición que permitan establecer datos homogéneos y por lo tanto comparables, innovando en el diseño de la gestión administrativa de las organizaciones, en este caso, de salud.

A partir de la experiencia acumulada sobre modelos de gestión de mantenimiento y operación, con conocimientos de costos, y atendiendo a las particularidades del negocio de entidades de salud, hemos desarrollado un modelo de distribución de costos que permite llegar a unidades comparables de costos otorgando valor adicional a la tarea de gestión.
El modelo parte de la premisa de considerar reglas claras, transparentes y homogéneas para permitir su fácil aplicación y otorgar la verificabilidad de los datos considerados. La información debe ser suficiente, oportuna, precisa y objetiva.


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