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Analizando el negocio de invertir en inmuebles en general y oficinas de renta en particular, y tratando de identificar los elementos básicos que deberían intervenir en el proceso de toma de decisiones, avanzamos en el siguiente razonamiento :
* Un tercio de los edificios estaban allí, cuando en Junio del 75, el entonces Ministro de Economía Celestino Rodrigo devaluó el peso y la inflación anual rozó el 1.000 %, cuando en 1982 entramos en guerra con Inglaterra y cuando siete años más tarde la economía argentina, en vez de mejorar con la democracia se sumergió en la hiperinflación y el aislamiento.
* Dos tercios del stock de las mejores oficinas de la ciudad estaban allí cuando en 1997 nuestro parlamento aprobó la Ley 24.808 y extendió los efectos del Art. 8 de la Ley 23.091.
* Todos los metros cuadrados de oficina de renta de nuestro país estaban allí cuando a comienzos de 2002 entró en vigencia el Decreto 214.
Surgen así las siguientes conclusiones preliminares:
* "Por mejor que haya sido el proceso de análisis del negocio, es imposible predecir que cosas se les ocurrirán a nuestros legisladores a partir de esta misma tarde y como los otros dos poderes las ejecutarán e interpretarán posteriormente".
* "Por profunda y compleja que sea la crisis, el negocio vuelve a reformularse y en pocos años, el mercado renace con vitalidad y da revancha a los inversores".
* "Aplicando un proceso de planeamiento sencillo pero a conciencia, los efectos de las crisis podrían ser atenuados y rápido aprovechar las oportunidades de la vuelta a la normalidad".
Hecha la introducción a esta nota, cuyo objetivo es presentar una metodología para la toma de decisiones en este negocio, pasamos al campo del planeamiento estratégico y nunca mejor llamado así, ya que como vimos en la introducción, el pensar el largo plazo debería ser un procedimiento habitual para anticiparnos en las acciones.
La palabra "Estrategia" tantas veces definida en los libros de management y marketing, tiene una muy sencilla y de aplicación directa a nuestro negocio "Estrategia es el arte de suponer", o sea la habilidad para imaginar escenarios del futuro, interpretando relaciones de causa efecto y de incorporación de nuevas factores al tablero, que a la luz del exceso de pragmatismo en el que trascurre la vida empresaria y al bombardeo informativo, hoy no tendrán relevancia.
Siguiendo el proceso de planear, una vez que se ha identificado el escenario base, los actores, las relaciones, los factores en movimiento y se tiene una comprensión del objetivo a lograr, se deja paso a la etapa de planeamiento táctico y posteriormente al operativo, que no es objeto de esta nota.
DECISIONES ESTRATEGICAS PARA EL DEVELOPER
Dado que los desarrollistas pocas veces llegan a la etapa del estudio de factibilidad con la cabeza abierta a la posibilidad de abandonar el proyecto, para el supuesto que este análisis lo indique. Es recomendable realizar este proceso preliminar para avanzar sobre bases más firmes.
La decisión estratégica en este negocio está compuesta por una primera, correspondiente a hacer o no la inversión; y tres derivadas de la de hacer, que son tan irreversibles y de efectos perdurables en el tiempo, que es recomendable prestarle mucha atención.
(...) La nota completa, en el número impreso
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