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SPACE, taller internacional de arquitectura nacido hace diez años en la ciudad de Chicago y dirigido en México por el arquitecto Juan Carlos Baumgartner, presenta uno de sus últimos trabajos: el nuevo edificio corporativo de la empresa Michelín en Querétaro. Para este arquitecto mexicano, el diseño de interiores no es un lujo, sino una obligación que contribuye a elevar la productividad de las organizaciones y sus empleados, y cuyo objetivo consiste en ayudar a que los negocios de sus clientes funcionen mejor y logren una mayor competitividad a través del diseño funcional y personalizado.
Recientemente la empresa Michelin decidió trasladar sus oficinas desde la Ciudad de México a Querétaro, y traer a esta ciudad una parte de las operaciones que realiza en los Estados Unidos. El nuevo espacio corporativo –adjudicado a través de un concurso de diseño- se proyectó de adentro hacia fuera: en una primera instancia se diseñó un “interior ideal” para los usuarios, un espacio flexible que respondiera a las necesidades requeridas; y después se diseñó el exterior.
El edificio tiene alrededor de 4.000 m2 distribuidos en dos plantas y constituye la primera de dos etapas constructivas que, al concluir, totalizarán los 10.000m2 aproximadamente. Esta primera fase consta de un edificio corporativo, así como de un interesante volumen independiente multifuncional realizado en cristal transparente.
El proyecto muestra tres ejes que violentan el volumen del edificio, el cual tiene la forma de un prisma ortogonal; estos tres ejes crean, en el interior, diferentes espacios con diferentes funciones: el área de soporte (cafetería y computo) se aloja en un volumen, mientras que en otro se ubica el área de trabajo con dos pisos. El tercer gran volumen cuenta en uno de sus extremos con un lubber de madera que sirve de colchón térmico dado que recibe el impacto solar del sur.
En el interior del conjunto se destaca la ausencia de columnas, lo que resulta en plantas libres que a su vez tienen una mayor altura, por si en algún momento se necesita saturar más el espacio. Y además de los espacios de oficinas, privados y demás áreas, existe una interesante serie de salas de juntas cilíndricas protegidas con pieles de madera.
El acceso principal se desarrolla sobre un espejo de agua, así como el volumen independiente acristalado, girado de los ejes principales del diseño. Se destaca especialmente la iluminación exterior propuesta para este cuerpo.
Uno de los puntos destacables de la obra es que, al estar implantada cerca de una carretera, se hacía necesario protegerla del exterior, por lo que se decidió cerrar la fachada hacia afuera con una serie de lubbers de madera y un discreto emblema de la empresa, y abrirla hacia el interior dando la bienvenida sólo al usuario o el visitante.
No obstante que la creación de un edificio sustentable no fue una solicitud del cliente, el estudio siempre ha contemplado -en la medida de lo posible- hacer obras que tengan un buen grado de sustentabilidad. Es por ello que en este edificio se estableció realizar un conjunto que no agrediera al entorno y aprovechara los recursos naturales: la arquitectura de paisaje incorpora plantas de la región en la parte posterior, y se hicieron análisis de luz natural, por lo cual, las fachadas más altas de lo normal propician la entrada de una mayor cantidad de luz. También se incorporaron sensores de presencia que controlan automáticamente la luz artificial, lo que redunda en bajos consumos de energía. Las alfombras instaladas, fueron escogidas de la “lista verde” de materiales sustentables.
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