En el contexto de la crisis energética mundial, el uso racional de la energía parece ser un compromiso ineludible que se puede alcanzar a través del uso de las soluciones tecnológicas adecuadas.
En los edificios, esto se puede lograr a través de la implementación de ventanas aislantes, que logran ahorros de hasta un 50% de energía térmica y brindan un gran confort acústico, disminuyendo el ruido exterior en 30 decibeles o más.


Detrás del concepto de uso racional de la energía en edificios hay un factor sumamente importante, como es la gran cantidad de energía que se insume para lograr temperaturas de confort adecuadas: calefaccionar ambientes durante el invierno y refrigerarlos en el verano. En este análisis, el punto crítico son las ventanas: tradicionalmente la superficie más débil del cerramiento exterior con respecto a su aislación térmica y acústica (aunque desde hace años, algunos edificios se construyen instalando en las fachadas cerramientos de alta tecnología y múltiples prestaciones).
Una solución al problema de las pérdidas por filtración en las fachadas, es el recambio de los viejos cerramientos por nuevas ventanas aislantes con doble vidriado hermético, sin necesidad de romper la mampostería - en los casos que así lo permita - y respetando la arquitectura original. De esta forma se reduce el problema de las pérdidas o ganancias de temperatura, ahorrando en costos y recursos energéticos no renovables como el gas natural. Además, disminuye la posibilidad de empañamiento del vidrio, y elimina la sensación de muro frío que se produce con el acercamiento a una ventana con vidrio simple en época invernal.

Aislación térmica, ahorro en cifras

Una característica importante de las ventanas aislantes es la de disminuir hasta en un 50% las pérdidas y ganancias de calor a través del cerramiento, disminuyendo el gasto tanto en calefacción como en refrigeración, y contribuyendo al uso racional de la energía. Si a esto agregamos que la última tendencia en ventanas de aluminio es la utilización de una barrera térmica en los perfiles que forman el marco y la hoja -comúnmente llamada Ruptura de Puente Térmico- se logra la máxima aislación posible.
Estudios realizados para cuantificar el ahorro de gas por día que se produciría reemplazando, en edificios de todo el país, las ventanas con vidrio simple por ventanas con doble vidriado hermético, arrojaron interesantes resultados.
Se analizó el balance térmico en el período invernal, tomando diferentes equipos de calefacción (caldera y tiro balanceado) y considerando 12 horas de régimen de los equipos. Los resultados fueron especialmente contundentes en los segmentos Alto y Medio Alto. En estos segmentos los ambientes tienen un mayor consumo por las exigencias de confort más altas e incluso, debido a la tendencia de construir cada vez con mayores superficies vidriadas.
Los resultaros fueron muy alentadores: el ahorro obtenido para el segmento Alto sería de 2.8 millones de m3/día mientras que para el segmento Medio Alto, el ahorro sería de 0.8 millones de m3/día, dando un total de ahorro de 3.6 millones de m3/día en todo el país.

Mejorar el confort acústico
El uso de ventanas aislantes brinda también soluciones para el confort acústico, aspecto de gran importancia en las grandes metrópolis.
Se estima que, en una calle con tránsito intenso, hay un nivel de presión sonora promedio de 70 decibeles (dBA), y en avenidas con tránsito rápido puede superar los 85 decibeles. También es alto el nivel de ruido en una calle suburbana y aún en un barrio cerrado, con valores de intensidad sonora promedio de 60 decibeles.


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