Hace aproximadamente medio siglo, se comenzó a implementar en el mantenimiento de instalaciones, máquinas y equipos, la modalidad que hoy conocemos como "mantenimiento predictivo", en respuesta concreta al anhelo de predecir fallas en máquinas en producción. Su implantación fue posible gracias al gran desarrollo alcanzado en esa época por el análisis vibratorio.
Abordaremos aquí la importancia que tiene su aplicación en el mantenimiento de las instalaciones de un edificio, como contribución simultánea al aumento de la continuidad del servicio y la reducción de costos.

Antes de referirnos al tema específico del mantenimiento predictivo, motivo de la presente nota, procuraremos contextualizarlo dentro de la planificación general del mantenimiento.
La premisa fundamental de un buen mantenimiento es optimizar la relación entre el costo del control y el costo de la salida de operación y/o reparación de cada sistema, instalación o equipo, de modo que lo invertido en su seguimiento sea ampliamente justificable.
Consecuentemente, no habrá de aplicarse el mismo tipo de control a todos los sistemas o elementos del plantel de instalaciones. Deberá efectuarse previamente un análisis de cada uno de ellos para determinar cuál es la modalidad de seguimiento de mayor eficiencia, es decir, la que garantiza los resultados deseados con mínimos recursos.
Para decidir cuál es el tipo de control más apropiado para cada caso, comenzaremos por definir dos grandes categorías para los sistemas, instalaciones o equipamientos:

a) Sistemas, instalaciones o equipamientos no-críticos:
Son los que, en caso de salir de servicio, no generan pérdidas económicas de consideración o situaciones de riesgo para el personal u otras instalaciones. Tampoco su reparación (o reingreso al servicio) es demasiado onerosa.
b) Sistemas, instalaciones o equipamientos críticos:
Son los que, como consecuencia de su salida de servicio, pueden generar importantes pérdidas económicas o situaciones de alto riesgo, o bien tienen un elevado costo de reparación.

Para ser consecuentes con el objetivo de lograr un alto desempeño con un mínimo costo de control sobre las instalaciones o equipos no-críticos, aplicaremos un mantenimiento correctivo o preventivo, y sobre las instalaciones o equipos críticos, un mantenimiento predictivo. Recordemos la definición de las tres modalidades de mantenimiento mencionadas:

- Mantenimiento correctivo: Es el que se aplica sobre una máquina que ha salido de servicio por falla de alguno de sus componentes. Es decir: en este caso, se espera que se produzca la falla para actuar; ni la naturaleza del elemento, ni las consecuencias de su salida de servicio justifican la implementación de controles previos.

- Mantenimiento preventivo: Es el que se efectúa retirando la máquina de servicio en cumplimiento de un programa preestablecido, con el propósito de efectuar los desarmes necesarios para inspeccionar y, eventualmente, cambiar alguno de sus componentes de modo de garantizar su funcionamiento durante un cierto período, el cual se corresponde con el margen de confiabilidad de la máquina, fijado sobre la base de ciertos criterios técnicos .
Esta es la modalidad de mantenimiento más generalizada para los elementos del plantel definidos como no-críticos, ya que habitualmente el costo o los inconvenientes que genera su salida de servicio justifican su control preventivo, es decir, que no se aguarda la aparición de una falla para tomar acciones. Estas inspecciones preventivas habrán de realizarse periódicamente, de acuerdo con una planificación establecida sobre la base del historial del equipo y de determinados criterios técnicos.


(...) La nota completa, en el número impreso