La evolución de los pisos elevados obliga a pensar con mayor amplitud. Hoy es tiempo de evaluarlos como proyectos, evitando la simplificación del cálculo por metro cuadrado.

Desde el comienzo, arquitectos y constructores han buscado mejoras para sus proyectos, imaginando proyectos diversos donde la funcionalidad, la seguridad, la facilidad de comunicación y el confort, debían ser parte del argumento. Así tenemos la evolución de las cavernas a chozas y de éstas a casas de barro. En la época greco-romana el patio era el centro vital de las casas y precisamente a este período se remontan los primeros ejemplos de pisos elevados ligados únicamente al concepto de calefacción.
A partir del siglo pasado, con el inicio de la era de la industrialización, comenzamos a tener un gran desarrollo también en los predios de oficinas.

La constante es el cambio
En los años '60, frente al advenimiento de nuevas tecnologías, del inicio de la era informática y de las comunicaciones, esta evolución asumió un ritmo vertiginoso, llegando al gran desafío de hoy: la Conectividad.
En este escenario nos encontramos con una gran necesidad de flexibilidad para enfrentar el cambio permanente, sin resignar ergonomía y confort para que las personas puedan producir cada día más y mejor, libres de limitaciones impuestas por un ambiente de trabajo desactualizado.
Los grandes desafíos de la competitividad global demandan rápidas evoluciones tecnológicas, frecuentes mudanzas de "lay-out", cambios culturales y corporativos, que normalmente son dependientes de una mayor informatización "on line", que impone a su vez, también nuevos desafíos para el planeamiento de interiores.La nueva estrella
Para resumir en un nuevo concepto que englobe las diversas responsabilidades que le caben al piso elevado, en el contexto de su interacción con otros dispositivos (*), y su contribución a la mayor disponibilidad del ambiente de trabajo, la tendencia actual es pensar en una tecnología de plataformas para edificios (Building Technology Platform), lo cual dista mucho del viejo paradigma de evaluar el piso elevado como un material cuantificable por metro cuadrado.
Visto de este modo la BTP es una herramienta muy poderosa para valorizar el ambiente de oficina que consiste en el uso de pisos elevados para distribución racional de servicios de: electricidad, informática, telefonía, aire acondicionado insuflado por el piso y varias terminaciones, en proyectos parciales o "turn key".
Este concepto agrega valor a la inversión en el caso de un nuevo edificio o la modificación del existente, en los que la facilidad y rapidez en la instalación, generan economía en los tiempos de ejecución de la obra y permiten a los inversores ampliar la base de potenciales clientes ya que los beneficios de modularidad, escalabilidad y velocidad de readecuación son argumentos diferenciales al momento de elegir una locación.
El piso elevado valoriza el inmueble, porque viabiliza la reforma y transformación de edificios antiguos, fábricas y galpones.
Para los arquitectos el piso elevado como parte de una plataforma para diversas tecnologías, les permite imaginar proyectos distintos y más enfocados a las demandas de la era de la conectividad. Es un sistema que permite economía. Se consideran diversos ítems en su implementación: reducción del pie directo del pavimento, menor plazo de instalación, reducción en el consumo de energía, facilidad y menor dependencia para el mantenimiento.
Con la instalación de piso elevado, el edificio o la oficina, estará preparado para poder recibir cualquier tipo de cableado, pero no todos los pisos elevados podrán resistir las demandas que antes detallamos.
Por ejemplo, en un edificio corporativo actual con piso elevado, no menos del 20% de las placas deben de haber sido perforadas para instalar algún dispositivo, lo cual deteriora entre un 40 a un 60% de su resistencia. ¿Será entonces posible pensar en metros cuadrados de placas, o en lay-out de pisos con diferentes niveles de calidad?
(...) La nota completa, en el número impreso