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Henry Jones es el Facility Manager de la empresa Arthur Andersen. Además es miembro activo del capítulo argentino del IFMA
(International Facility Managment Association)
- Podés contarnos desde cuándo la figura del Facility Manager comienza a tener un lugar en las organizaciones?
Básicamente desde el momento en el cual, para toda empresa, su estructura edilicia y sus instalaciones pasan a ser un activo estratégico. Al dar este paso, sus activos físicos ya no puede quedar en manos de un encargado tradicional, porque comienzan a tener un impacto muy fuerte que lleva naturalmente a los directores a entender que este manejo requiere otro grado de profesionalismo.
Los activos físicos son capitales importantes para las empresas. Tienen que ver con su imagen institucional, con la eficiencia y la respuesta de una estructura para cumplir con su misión empresaria.
Es entonces cuando la figura del intendente se diluye y aparece la del FM como clave.
Hoy la dinámica que tiene el bien de la empresa y cómo se utiliza ha cambiado radicalmente por eso aparece la figura del
Facility Managment como clave. Es necesaria una ingeniería específica para utilizar los recursos, al punto de que cada vez son más las empresas que no inmobilizan su capital en la compra de un edificio propio.
Las condiciones de mercado han llevado a optimizar todos los recursos, físicos, intelectuales, tecnológicos para poder competir y poder dar mejor servicio o producto. Esto obliga a la gente, la condiciona y le impone cambios, así como se la ha obligado a volcarse a la computación, teniendo que vencer toda la resistencia, luchando contra "dinosaurios" que seguían con el ábaco, las planillas y el lápiz. Revoluciones, sin duda; estos cambios en las organizaciones y en las personas significan verdaderas revoluciones.
Entonces el FM aparece como respuesta a eso; porque comienzan a interrelacionarse temas que no sólo comprometen activos físicos sino que involucra una enorme cantidad de otras funciones antes consideradas de menor importancia pero que hoy también hay que optimizar, como por ejemplo el área de servicios, de cadetería y un sin número de cuestiones que están ligadas a la actividad y que tienen que ver con la tecnología. Ya, prácticamente todo tiene que ver con la tecnología; antes un toma no funcionaba y se conseguía un alargue; hoy tenés un toma que no funciona y es un drama, porque un toma no es "un toma" es la posibilidad de que un puesto de trabajo interrelacionado con toda la red de la empresa no se encuentre operativo.
Hasta en los mínimos detalles interviene la tecnología. El sobre que se le entregaba al cadete era una cosa cuadrada de papel, se la ponía debajo del brazo y partía a su destino. Hoy se "escanea" un código de barras, que a su vez debe ingresar a un sistema que lo traslada a una planilla... todo un mundo detrás.
El FM da respuesta a ésta evolución desde distintos lugares y de acuerdo a la estructura de la corporación en la que cada uno esté inserto.
Básicamente la fortaleza del FM es trabajar sobre la optimización de los recursos físicos, pero además y mostrando un crecimiento sostenido, está todo lo que tiene que ver con el tema de "real estate". Alquileres, compras, ventas, sub-alquileres.. todas las alternativas que se puedan generar a partir de los edificios y espacios físicos.
Todo el tema del planeamiento, de cómo se pueden adecuar las distintas conformaciones del espacio y situaciones de trabajo a la conducta de esa corporación.
Es muy importante ver que está pasando con la gente que está trabajando hoy y en estas condiciones, y cómo se puede adecuar este espacio a su idiosincrasia. Nosotros, inmersos en esta corriente de transculturación, muchas veces no absorvemos las experiencias o el conocimiento de los otros sino que las imitamos y en esta imitación sin un trabajo de metabolización generamos grandes inconvenientes...
(...) La nota completa, en el número impreso de la revista
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