|
Los trabajadores del conocimiento representan hoy más del 80% de las tareas laborales. Garantizarles un ámbito apropiado resulta fundamental Hoy en día, un gran porcentaje de los trabajadores son lo que en los Estados Unidos se conoce como Knowledge workers o "trabajadores del conocimiento". Se trata de personas que, en la mayoría de los casos, producen cosas intangibles.
Pero, ¿quiénes son, específicamente, trabajadores del conocimiento? En principio, todas aquellas personas que en una empresa toman decisiones, crean, integran tecnologías, tienen las ideas que producen, satisfacen necesidades, etcétera.
Hace un par de años, ya se estimaba que, para el 2003, el 80% de los trabajos en Europa y el 85% en la Unión Americana serían de trabajadores del conocimiento. Y, aunque no se sabe a ciencia cierta cuántos hay en la actualidad, puede decirse que los cálculos no han fallado.
Un ejemplo del incremento del valor del conocimiento en la economía lo constituye un par de zapatillas. Los materiales y la manufactura de un par de zapatillas de marca se estima en un 5% de su precio de venta. Gran parte de la diferencia precio/costo representa la habilidad de la compañía para interpretar cuestiones tales como las tendencias del mercado, los gustos del consumidor, la distribución y, entre otras, la promoción.
Este solo ejemplo es elocuente y permite afirmar que el incremento del desempeño de los trabajadores del conocimiento es crítico para el desarrollo no sólo de las compañías sino también de los países, debido al número creciente de personas que encajan en este grupo.
Ahora bien, ¿qué afecta el desempeño de los trabajadores del conocimiento? Conforme uno abunda en el tema, se vuelve obvio que cada situación es única y que el desempeño deberá ser definido a partir de las metas y objetivos de cada compañía.
Sin embargo, existe un elemento recurrente que afecta a todos ellos: los ambientes físicos. La influencia de los espacios concretos en los cuales los trabajadores del conocimiento desarrollan sus tareas es de singular importancia, ya que lo que la mayoría de ellos producen está en sus mentes y, en consecuencia, su eficiencia en el trabajo dependerá de cosas como el humor en el que se encuentren. Es evidente que dicho estado de ánimo dependerá en grado sumo de lo psicológica y físicamente cómodos o incómodos que se sientan en un espacio de trabajo.
Si los trabajadores del conocimiento constituyen hoy el núcleo primordial del funcionamiento eficaz de las empresas, la tarea de garantizarles entornos de trabajo cómodos y seguros cobra, pues, una importancia crucial.
Juan Carlos Baumgartner es Director de Space México baumgarj@workplayce.com
|